Consulta de Naturopatía, Osteopatía, Masajes, Cosmética Natural Sierra Norte Madrid.

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jueves, 9 de agosto de 2012

Zumos de verduras: cómo prepararlos y qué propiedades tienen Los jugos vegetales tienen propiedades muy beneficiosas para la salud si se acierta con la combinación de verduras y hortalizas y con el momento idóneo para beberlos. Hablar de zumo es pensar en frutas. Sin embargo, las verduras tienen muchísimas propiedades y algunas resultan muy interesantes cuando se preparan como jugos. Con una combinación bien escogida de vegetales, se pueden hacer zumos o licuados de verduras y hortalizas en los que, además de probar unos sabores sorprendentes y agradables, se aprovechan al máximo las cualidades de todos ellos. Conviene saber que, aunque se pueden mezclar las hortalizas según gustos y preferencias, hay combinaciones mejores y más acertadas, así como momentos idóneos para degustarlas. Propongo las mejores combinaciones de verduras (con los colores como guía) e ideas dulces y saladas para los zumos, así como sugerencias de los mejores momentos para tomarlos y cómo aderezarlos. Las mejores combinaciones: guía de colores para zumos de verduras El color de los vegetales en los zumos representa la presencia de compuestos antioxidantes, con potencial preventivo de enfermedades El color de un plato es la primera sensación que se percibe. Junto con el aroma, influye de manera casi determinante en su apetencia, incluso sin haberlo probado. En los vegetales, el color también representa la presencia de compuestos (como clorofilas, carotenoides, antocianinas o licopeno), muy interesantes por su potencial antioxidante, preventivo de enfermedades. Al iniciarse en los jugos de hortalizas, es posible guiarse por las preferencias del sabor sin dejar de lado su aspecto más saludable y nutritivo. Jugos verdes. Las verduras de elección son las de hoja verde, como lechugas, escarolas, endibias, acelgas, berros, pepino, apio o espinacas, aderezadas con perejil fresco picado o en jugo. La mezcla con manzana es idónea, ya que esta fruta tiene buena sinergia nutritiva con las verduras verdes y proporciona al jugo un agradable y agradecido gusto dulce. Conviene no mezclar estas verduras con lácteos (leche, quesitos o nata), ingredientes tan habituales en las recetas de cremas de verduras, con el fin de aprovechar al máximo la absorción del hierro vegetal, dado que el calcio de los lácteos interfiere en la asimilación del hierro de las verduras. Este grupo de vegetales reúne entre sus nutrientes hierro, magnesio, folatos, potasio, clorofila y vitamina K, lo cual determina su particular interés nutricional.Estos zumos sí pueden ayudar a eliminar líquidos y aliviar la hinchazón de piernas, tan incómoda en caso de retención de líquidos, pero no la grasa. Algunas propuestas: espinacas, perejil picado, apio y manzanas; lechugas, endibias, pepino, limón y manzanas; pepino, limón y manzana con o sin aguacate... Indicados en: anemias, dolencias de hígado, retención de líquidos y contracturas, así como para el cuidado de la salud de los huesos. Zumos de hortalizas naranjas. Las zanahorias son las hortalizas que marcan el color naranja de los jugos a los que se añaden como ingrediente principal. Es el caso del zumo de zanahoria con tomate o pepino, que mantienen el color naranja. También la calabaza, solo que esta se ha de cocinar primero para hacerla comestible y digestiva. En ocasiones, el color naranja no se aprecia tanto porque está enmascarado por la clorofila de las verduras verdes añadidas, como en el jugo de hortalizas, que además contiene lechuga, pimiento verde, apio y manzanas. La riqueza en beta-caroteno (antioxidante), que el organismo transforma en vitamina A si lo necesita, determina el valor nutricional de estos jugos y les diferencia de otros, como para recomendarlo en determinados trastornos. Indicados para: cuidar la salud ocular, alimentar, cuidar y mejorar el estado de la piel y de las mucosas (sequedad, irritaciones, llagas), mejorar las dolencias de la boca (aftas bucales, heridas en las comisuras de los labios), molestias, ardores y procesos inflamatorios en el esófago. Licuados de color rojo. El tomate y la remolacha son las hortalizas protagonistas. Su contenido en vitamina C, folatos, potasio, magnesio, provitamina A y compuestos antioxidantes, como el licopeno y los antocianinas (abundantes en la remolacha, a la que da el color rojo intenso-morado característico), explican la bondad de este tipo de licuados para la salud de la sangre y del sistema cardiovascular. Sin embargo, el consumo frecuente de tomate, por su particular composición, no resulta indicado en personas sensibles que sufren dolencias articulares. Recetas: un refrescante zumo de tomate, pepino y limón; jugo dulce de tomate o de remolacha con zanahoria; a modo de sopa fría o de granizado al toque de pimienta. Indicados en: dislipemias (colesterol y/o triglicéridos elevados), trastornos cardiovasculares, hipertensión arterial, procesos degenerativos y, en general, para depurar y mejorar la calidad de la sangre. Zumos de verduras, ¿dulces o salados? El zumo puede ser salado, si se adereza con ajo, aceite y sal o bien con pimientas u otras especias, o dulce, si solo lleva la mezcla de vegetales y frutas. De hecho, el sabor dulce de los jugos de hortalizas proviene de la mezcolanza con frutas con las que congenian, como la manzana con la zanahoria. Añadir zumo de naranja al de zanahorias o aventurarse con uno de tomate y sandía, permite probar sabores que no se intuyen, pero que resultan muy agradables y refrescantes. Idóneos para el verano. Jugos de verduras: en qué momento tomarlos
El mejor momento para tomar los zumos de hortalizas es entre horas, como tentempié refrescante El mejor momento para tomar los zumos de hortalizas es entre horas, a modo de aperitivo o de tentempié refrescante. De esta forma, la densidad nutritiva de la mezcla de vegetales -que no es mucha en cantidad, pero sí en variedad y calidad-, se aprovecha al máximo. Entre el 80% y el 90% del volumen de las frutas es agua. Seguido del zumo, si apetece, se puede comer una fruta rica en vitamina C, como un tazón de fresas, un trozo de melón, una naranja o piña. De este modo, se duplica o triplica la absorción orgánica del hierro de los jugos vegetales, en particular, de las verduras verdes. Cuidado con los aderezos en el zumo vegetal Los aderezos añadidos al zumo vegetal pueden complementar y enriquecer la receta o desvirtuarla y restarle todo su interés nutricional Los aderezos que se añaden al zumo de hortalizas para hacerlo más digestivo (como un toque de jugo de limón, un chorrito de aceite virgen extra o un toque de pimienta), pueden complementar y enriquecer la fórmula o todo lo contrario: desvirtuarla por completo y restarle todo su interés nutricional. Un punto de sal es interesante para equilibrar el elevado aporte de potasio de los vegetales. El problema es hacer un abuso de este condimento, ser exagerado con los vinagres o añadir crema de leche, leche o yogur a estas preparaciones vegetales. Cuanto más natural sea el zumo y menos condimentos lleve, más saludable resultará y más se apreciará el sabor original.

jueves, 23 de febrero de 2012

Cuando estas a favor de la solución.

Cuando estamos experimentando alguna situación que nos desagrada o que nos causa sufrimiento, sentimos una gran necesidad de expulsarla de nuestra vida.
En estas situaciones, por lo general, mantenemos un diálogo interior que oscila entre la rabia, la angustia, la desesperación, la vergüenza, la impotencia, el miedo y el deseo de que todo eso desaparezca para siempre de nuestra vista. El universo que se encuentra a nuestra entera disposición nos ofrece justamente este resultado, dejamos de ver claro. Nuestra pérdida de visión no solo disminuye la visualización de las alternativas existentes, sino que además, afectamos la calidad de nuestra visión óptica debido a la resistencia a ver o experimentar alguna situación desagradable, como lo estudió el médico oftalmólogo Williams Horatio. ¡Así de poderoso somos!

Cuando nos avocamos a resistir alguna situación cerramos las posibilidades de salida y nos rodeamos de otra infinidad de inconvenientes. Podemos generarnos varios tipos de malestares, como dolores de cabeza, dolores de cuerpo, mal dormir, estado nervioso alterado y tantos otros que ya sabemos, porque todos en mayor o menor grado, hemos pasado por esta situación en algún momento de nuestra vida.

La cosecha de malestares nos está señalando que este camino puede ser no recomendado cuando de cambiar alguna situación se trata, por no decir que es el menos indicado. Desear que la situación desaparezca, en realidad es un camino estéril, inútil, agotador y dañino. Cualquier pensamiento, sentimiento y emoción que nos genere malestar no nos lleva muy lejos. Te invito a observar la situación desagradable de otra manera y mira lo que sucede.

Por ejemplo, si estas en medio de la escasez, puedes dejar de mirar por un corto momento tus cuentas, deudas y compromisos pendientes, para dejarte un espacio para ti. Puedes sentarte cómodamente en una silla para acompañarte, para hacerte un cariño, para comprenderte, para abrazarte en medio de la escasez, para perdonarte por llevarte allí y para desearte salir de eso con todo tu corazón. Comprobarás que te llenas de paz, porque comprenderás que no está sucediendo nada terrible y te sentirás mas tranquilo, porque has dejado de estar en contra de tu escasez y has enfocado tu mirada hacia la abundancia. Al estar a favor de la abundancia comenzarás a visualizar las salidas. Puedes demorar un tiempo en aclararte, pero sin duda lo lograrás.

Si estás en medio de cualquier situación desagradable o dolorosa, puedes darte el espacio para dejar de enfocarte en la oscuridad de tu problema, activa la claridad y observa las nuevas posibilidades que son tantas y tan variadas.

Es importante aceptarte tal como estas ahora, amarte así, en esa condición, comprendiendo que nada malo está sucediendo contigo, comprendiendo que solo estás experimentando una nueva experiencia que quizás nunca viviste antes o que quizás ya has vivido muchas veces, pero que puedes abandonar ahora si así lo decides. Es tan importante que te abraces con ternura, así como abrazarías a un hijo que llega a casa con alguna pena profunda.

Si estás enfermo, aunque sea gravemente, abrázate enfermo, reposa tu cuerpo, acepta tu enfermedad, descansa y comienza a respirar la salud, absorbe la salud, invoca la salud, llénate de salud. Lleva luz, oxigeno y vida al órgano de tu cuerpo que está enfermo y sentirás alivio. Si te mantienes allí por un tiempo, pronto te sentirás mucho mejor y dispondrás al universo para que te ayude a encontrar la terapia, las medicinas y todos los medios más adecuados y disponibles para ayudarte. Deja de estar dolido y en contra de tu enfermedad sintiéndote una víctima impotente y deja de alimentarla sintiendo lastima de ti.


Si no sabes cómo resolver cualquier situación complicada de trabajo, de relaciones o de lo que sea, deja de estar en contra de eso. Acepta que lo estás viviendo tal cual está ahora mismo para ablandar alguna parte de ti. Acepta que puedes reponerte y celebra la llegada de un nuevo entendimiento, de un nuevo enfoque. Comienza a respirar la claridad para resolver, la inteligencia, la fortaleza, la nueva visión y las nuevas posibilidades.

No conviene estar en contra de la situación que tú mismo has creado, pero sí conviene reconocerla para sanarla. No conviene recrear el mismo problema una y mil veces, pero sí conviene visualizar las salidas. No conviene mirar lo que nos desagrada, pero sí conviene descubrir lo que nos agrada.

A veces nos tratamos tan duramente, que lejos de ayudarnos, nos hacemos mucho daño. Cada vez que nos reclamamos algo, que nos avergonzamos por estar donde estamos, que nos sentimos culpables o indefensos, estamos alimentando la misma situación. Si dejamos que la luz entre al problema este se puede resolver rápidamente.

OSHO describe esto tan bellamente con las siguientes palabras; “La oscuridad es la ausencia de luz. Tu no haces nada directamente con la oscuridad ¿no es así? No puedes empujarla hacia afuera. No hay manera posible de hacer algún arreglo para que desaparezca la oscuridad. Tienes que hacer algo con la luz. Puedes seguir luchando con esa oscuridad toda tu vida y no tendrás éxito, pero tan solo una vela pequeña es suficiente para disiparla”.

Comprendo que puedes tener esta información clara a nivel intelectual, pero tendrás que dar un paso más para resolverlo, porque luego tu mente comenzará a jugar su papel protagónico de negarse a la nueva mirada. Puedes hablar con tu mente, decirle que la comprendes, pero que estás dispuesto a intentar una nueva manera de resolver la situación. Tampoco es necesario estar en contra de ella, tu mente puede pensar lo que quiera, solo es un manojo de ideas almacenadas con el tiempo. Tú puedes intentarlo aunque a ella no le parezca adecuado.

jueves, 19 de enero de 2012

Los 10 alimentos imprescindibles después de Navidad

Los excesos alimentarios provocan sensación de malestar (estreñimiento, diarrea, empacho, cefaleas), e incluso, pueden causar situaciones delicadas, como enfermedades, o empeorar una patología de base (diabetes, trastornos cardiovasculares, gota o artritis, entre otras). Del mismo modo, una selección idónea de alimentos puede ayudar a sentirse bien, a compensar los excesos y a recuperar la normalidad de las buenas costumbres alimenticias. Se debe apostar por la selección de varios alimentos que, en conjunto y en un patrón alimentario sano y equilibrado, aligeran el cuerpo, depuran y eliminan líquidos retenidos, reducen la hinchazón y, en consecuencia, se consigue sentirse mejor.
La vuelta a la normalidad implica recuperar los buenos hábitos. El comienzo de un nuevo año supone el reto de cambiar las costumbres mejorables hacia una vida más sana, que sea garantía de bienestar. La alimentación es una de las patas sobre el que se sustenta la salud: alimentación, ejercicio físico, equilibrio emocional y social.

1.Una infusión de té verde, antioxidante, depurativo y un poco estimulante. Las sustancias que contiene el té verde son de gran interés nutricional y funcional, sobre todo flavonoides con acción antioxidante (catequinas, rubigenina, flavina y taninos). Solo una taza de té aporta alrededor de 200 mg de flavonoides, la mayoría de los cuales se libera durante el primer minuto de infusión. No obstante, esta bebida interacciona con diversos medicamentos como los antibióticos. La clave está en añadir el agua hirviendo a la taza con el té verde (mejor a granel) y dejarlo reposar dos minutos, ni más ni menos, para aprovechar al máximo sus compuestos biodisponibles y el punto idóneo de teína. Se pueden tomar una o dos tazas al día, en lugar de cafés y demás bebidas excitantes, si no hay contraindicación médica.

2.Muesli o copos de avena, cocidos con una pizca de sal. La avena contiene betaglucanos, un tipo de fibra soluble, y avenasterol, un fitosterol. Ambos componentes en conjunto tienen capacidad de disminuir la absorción de colesterol en el intestino. Después de días de excesos, será probable que se hayan alterado los niveles de lípidos y los azúcares, por lo que conviene recuperar rápido la normalidad y la buena salud. La clave está en tomar en el desayuno, añadir como espesante a purés y cremas de verduras, a sopas con verduras en juliana.

3.Manzanas asadas o en compota. Aportan fibra, son fáciles de digerir y de masticar, útiles tanto para el estreñimiento como para la diarrea. Además, son una de las frutas de la temporada invernal de mayores posibilidades culinarias: en compota con zanahoria, asadas con un toque aromático original, en zumo natural, en salsa o puré para acompañar carnes como entrante frío. La clave está en mezclar con ciruelas o uvas pasas y tomar un tazón para desayunar o como postre de la cena.

4.Pescados azules. Sardinas, anchoas, chicharros... Por su riqueza en ácidos grasos omega 3, estos alimentos compensan el consumo desmedido de grasas saturadas. La prioridad es que los pescados y los mariscos cobren protagonismo en los menús semanales, con el objetivo doble de aumentar el consumo de un alimento cardioprotector y reducir la ingesta de carne. La clave está en elaborarlos al horno o a la parrilla, en papillote, a la plancha, al vapor... Las posibilidades se multiplican ante la gran variedad de especies de pescados.

5.Arroz integral. Es un alimento muy completo desde la óptica nutricional, que equilibra los excesos, rebaja la hinchazón abdominal y corrige el estreñimiento. El arroz integral tarda más en cocerse; se añaden entre 2 y 2,5 partes de agua o caldo por cada parte de arroz y se deja cocer a fuego mínimo en la olla durante 45 minutos. Se puede emplear como plato principal, guarnición, postre mezclado con leche y canela o como un cereal alternativo a los dulces en los desayunos. Una receta deliciosa es la de arroz integral con salteado de plátano, manzana y uvas, que se puede preparar salada o dulce, según la elección de ingredientes y aderezos.

6.Germinados. De soja, alfalfa, col, remolacha o brócoli. Las semillas o los granos germinados estimulan los procesos digestivos: mejoran las digestiones, son un complemento útil para corregir el estreñimiento, reducir la hinchazón y los molestos gases. La clave está en añadir brotes o germinados a ensaladas, cremas, purés, sopas, en tortilla, vistosas y nutritivas guarniciones.

7.Garbanzos y otras legumbres. Representan para la dieta un compendio de nutrientes que, en conjunto, ayudan a regular la glucemia, reducir los niveles de colesterol o mejorar el estreñimiento. La clave está en incluir variedad de legumbres en los menús entre dos y cuatro veces por semana: garbanzos en ensalada, en sopas, cremas, en paté (humus), guarnición de carnes o pescados. Se pueden mezclar con arroz como plato único, en sustitución de la ración de carne.

8.Jengibre, fresco o en polvo. Esta planta se usa en fitoterapia como remedio efectivo para curar malas digestiones acompañadas de náuseas y vómitos, para eliminar los gases y mitigar los mareos. Tras la revisión de la literatura científica, se llega a la conclusión de que el jengibre es un remedio antiemético prometedor (más en mujeres embarazadas con náuseas y vómitos acusados), si bien los datos clínicos son insuficientes para sacar conclusiones firmes. Se puede probar a tomar comprimidos de jengibre o una infusión de jengibre después de comidas copiosas, o si se siente malestar digestivo, y comprobar sus efectos. La clave está en servirlo al natural (en raíz) o en polvo. Se añade como condimento a caldos, sopas o cremas, ya que algunas personas pueden tolerar mal el punto picante de esta raíz. Para tomarlo en infusión, se trocea una parte de rizoma y se pulveriza o se añade una o media cucharada rasa de jengibre en polvo por taza de agua. Luego se deja hervir de 3 a 5 minutos.

9.Verduras verdes (col o berza, brécol, puerros, apio, borraja, cardo, guisantes). Son verduras que, por sus propiedades nutricionales y funcionales, reconfortan al organismo, ya que ayudan en las labores de "aflojar" y descongestionar el aparato digestivo, estómago, intestinos, vesícula biliar e hígado. Hígado y páncreas son los órganos más afectados por la glotonería de los días festivos (alcohol, azúcares, proteínas) y a los que más hay que cuidar por medio de una adecuada elección de los alimentos y de las formas de cocinado. La clave está en incluir cada día algo verde en los menús de comidas y cenas, con preferencia por las verduras escaldadas o hervidas en corto tiempo, más fáciles de digerir.

10.Sopa de verduras. El hervido de verduras verdes junto con hortalizas de temporada (zanahoria, calabaza) y un puñado de garbanzos y de arroz (o sopa, cuscús, sémola de maíz o tapioca) supone un plato de sopa que, tomado en los días fríos, resulta reconstituyente, además de digestivo, diurético y saciante. Las sopas, las cremas de verduras o los purés pueden reemplazar a las ensaladas en las cenas, al menos durante los días más fríos.